El sabor de nuestra tradición familiar a su mesa Si buscáramos el origen del arte en la creación de placeres para el paladar, tendríamos que remontarnos a más de 4 generaciones de la familia.
Hoy día, junto con mis hermanos me complace el compartir el sabor de nuestra tradición. Sabor que aprendimos a apreciar desde niños, donde conocimos las proféticas recetas del baúl de nuestras grandes Abuelas cocineras.
Baúl que escondía el tesoro de nuestra cocina mexicana actual, incorporando los caminos históricos de México, pasando por españoles y moros.
El Sacromonte, monte sagrado en el barrio más gitano de Granda reúne esa misma historia y lo hemos creado en nuestra cocina para su deleite.
Aquí, reunimos recetas que pasaron de generación a generación gracias a la tradición de transmitir a las nietas el día de su boda un secreto dividido en varios ingredientes:
…compartir el apetito hasta el delirio que produzca una sonrisa;
…aromas de magia que llenan el ambiente de este lugar, este momento;
…deleite y descubrimiento de gracia y misterio;
…revelación del deseo al alcance de la mano;
…armonía de deleite de duendes y hadas
Estos ingredientes fueron reunidos en cada página de un recetario elaborado de manera artesanal por mis Abuelas, para otorgar placer a los cinco sentidos a aquellos que se dejan seducir en esta casa.
Casa donde celebramos las costumbres
Gerardo Delgadillo
En la cocina mexicana influenciada por los españoles tiene una amplia diversidad de sabores, colores y texturas que la hacen de un gran atractivo tanto para nacionales como extranjeros. A diferencia de la gastronomía de otros países del continente americano, la base de la comida mexicana actual es exactamente la misma que la existente en la época prehispánica, con un uso preponderante del maíz, frijoles, chiles, tomates y diversas aves (pavo o guajolote) y hierbas, además de insectos y condimentos mexicanos.
Una de las características de la gastronomía mexicana es que no hacen distinción entre la llamada cocina cotidiana y la alta cocina. Así, aunque existen platillos típicos festivos, como el mole o los tamales, éstos pueden consumirse cualquier día del año, lo mismo en una casa particular que en un restaurante lujoso o en una pequeña fonda sin un valor ritual especial.